Autor: fvg
Temática: General
Descripción: 6 Capítulo 1 Edimburgo, septiembre del 2012 Traducido por Axcia Corregido por francatemartu uiste a comprar ya alimentos? ¿Es cara la comida? ¿Sabes lo que es la mitad de las cosas? Me tragué mi risa. —Mamá, estoy en Escocia, no en el Amazonas. —Lo sé, pero ellos comen cosas que nosotros no nos atreveríamos a comer. Sonaba tan horrorizada que no pude evitar mi seca réplica. —No son caníbales. Un chorro de refresco pasó junto a mi línea de visión y me giré para ver a mi mejor amiga Claudia atragantarse con su Coca Cola Light, mientras escuchaba mi lado de la conversación. Estábamos sentadas en la cocina de nuestro apartamento de estudiantes, nuestros traseros en los cómodos, pero también raros, sillones de los que estaban provistos nuestra sala común-cocina. Nuestras espaldas daban al gran ventanal que iba del suelo al techo y daba al patio de nuestro edificio, el sol golpeaba el vidrio y picaba nuestra piel con su calor. Todo en la habitación estaba limpio, fresco y resistente. El alojamiento era básico pero cálido y seguro y un millón de veces mejor de lo que me habían hecho creer que sería. —No seas dramática, Charley. Sólo digo que la comida es un poco diferente —continuó mamá—. Quiero asegurarme de que estas comiendo bien. Estuviese en Edimburgo o de vuelta en casa en Indiana, mi mamá siempre querría asegurarse de que estaba comiendo bien. Esto se debía a que yo no sabía cocinar. Delia Redford era una cocinera increíble y panadera, al igual que su hija mayor, Andrea, por lo que tomó el hecho de que su hija menor —¿F
Autor: fvg
Temática: General
Descripción: 6 Capítulo 1 Edimburgo, septiembre del 2012 Traducido por Axcia Corregido por francatemartu uiste a comprar ya alimentos? ¿Es cara la comida? ¿Sabes lo que es la mitad de las cosas? Me tragué mi risa. —Mamá, estoy en Escocia, no en el Amazonas. —Lo sé, pero ellos comen cosas que nosotros no nos atreveríamos a comer. Sonaba tan horrorizada que no pude evitar mi seca réplica. —No son caníbales. Un chorro de refresco pasó junto a mi línea de visión y me giré para ver a mi mejor amiga Claudia atragantarse con su Coca Cola Light, mientras escuchaba mi lado de la conversación. Estábamos sentadas en la cocina de nuestro apartamento de estudiantes, nuestros traseros en los cómodos, pero también raros, sillones de los que estaban provistos nuestra sala común-cocina. Nuestras espaldas daban al gran ventanal que iba del suelo al techo y daba al patio de nuestro edificio, el sol golpeaba el vidrio y picaba nuestra piel con su calor. Todo en la habitación estaba limpio, fresco y resistente. El alojamiento era básico pero cálido y seguro y un millón de veces mejor de lo que me habían hecho creer que sería. —No seas dramática, Charley. Sólo digo que la comida es un poco diferente —continuó mamá—. Quiero asegurarme de que estas comiendo bien. Estuviese en Edimburgo o de vuelta en casa en Indiana, mi mamá siempre querría asegurarse de que estaba comiendo bien. Esto se debía a que yo no sabía cocinar. Delia Redford era una cocinera increíble y panadera, al igual que su hija mayor, Andrea, por lo que tomó el hecho de que su hija menor —¿F